Llegué a tu perfil recomendada por una amiga. Creía que esto no era para mí, pero me insistió tanto y la veía tan contenta que comencé a seguirte. Enseguida me enganchó tu naturalidad, tu forma de hablar y comunicar. Aun recuerdo la primera vez que contacté contigo. Me arrepentí al instante, jeje. Pensé que esto no era para mí y que te haría perder el tiempo. Pero tu rápida respuesta y tu simpatía me hicieron pensar que no tenía nada que perder por probar. Lo que no sabía era lo mucho que tenía por ganar. He aprendido a conocerme, escucharme a ganar claridad y seguridad en mis decisiones. Y has cumplido lo que me prometiste en la primera sesión: ha sido mucho más fácil y rápido de lo que podría imaginar. Se que volveré a tener más sesiones contigo, porque es algo que realmente disfruto.