Andrea es pura magia. Siempre tiene una palabra, una historia, un ejemplo para desmontar todas tus dudas, para hacerte cuestionar tus creencias y darte cuenta de que existe otra forma de hacer las cosas que ni siquiera te habías planteado. Si tuviera que destacar algo de ella sería cómo te mira, cómo te escucha, la conexión que es capaz de generar incluso a través de la pantalla. Y desde luego, su sonrisa eterna.